Las generaciones de lo sueños
Extraña generación ésta, donde los sueños, parecen ser la realidad existente.
Nuestros padres tuvieron que luchar por el simple hecho de poder tener sueños!
Nosotros, en un mantenimiento de lucha por conseguirlos, heredamos el instinto, pero perdimos un poco el objetivo real de todo, haciendo de ello una lucha sin sentido, traspasando a nuestros hijos el simple deber de «vivir los sueños» proceso en el que aprendieron el precio, pero no el valor de los mismos!
Así hoy, en un constante andar en círculo, sin paradas gratificantes, ausentes de oasis, pues no hay desierto que cruzar, todo se convierte en insulso, carente de sabor, por falta de hambre.
Ese hambre que guió a otras generaciones en una búsqueda concreta, a modo de Oasis en el Desierto, se diluyó en medio de unos valores opacos e irreconocibles, ¡por indefinidos!
Se busca la felicidad a modo del Santo Grial, pero no se sabe que formas tiene, ni que se sentirá cuando se encuentre, pues ya se parte de un estado feliz de antemano, y se tiende a cristalizar en objetos inanimados.
Quizás, en realidad, los sueños no tienen forma y como plastilina deforme deben ser moldeados a cada momento, y cada día, viviéndolo y formándolo a nuestro antojo, para deshacerlo de nuevo para volverlo a crear al día siguiente.
Quizás, y sólo quizás, hemos errado el sistema haciéndoles creer en cosas vacías que sólo proporcionan momentos de felicidad, pero que elijan de esa felicidad interior, que sólo uno mismo, es capaz de darse.
Nunca es tarde, y a veces, bastará con reconstruir con valores más sólidos, y basados en la persona.
A más de uno que dice que la vida es breve, le parece el día demasiado largo.
– Friedrich Hebbel