Hablemos de coaching

Hablemos de coaching

Un monótono transitar, a través de tu tiempo, adaptado a caminos conocidos, a pasos cómodos, de cruces simples y alejados del peligro.

Tu vida transcurre en la más absoluta normalidad rozando con sus dedos la mediocridad.

Sientes que hay algo, ahí a lo lejos, que no eres capaz de vislumbrar, que te atrae, que despierta tus sentidos alguna vez, que te hace vibrar por dentro, y que tus emociones quieren dejarse ir en su búsqueda!

Pero una vez más, agarrada a la rotonda de tu vida, cambias de sentido volviendo por el mismo camino conocido de tantas veces con el recuerdo de la ultima vez que lo intentaste.

Con ese sabor agridulce, mezcla de sentimientos encontrados, entre la emoción que destilaste la última vez que intentaste salir de ese monótono camino y el miedo a lo desconocido, al fracaso, a perder la comodidad de tu esencia “conocida”.

Llegas al regazo de los tuyos, esos mismos que te dicen que de que te quejas, pues lo tienes todo, que la vida es así y que es lo que tiene “vivir”, que son 4 días y tres nublados, y entiendes que al final tienen razón y que adentrarse en nuevos y desconocidos horizontes es peligroso, y que hasta quizás no lo merezcas por desear mas allá de lo que tienes.

Pero un día cualquiera, en ese mismo deambular cualquiera, con un caminar perdido sin mirada fija en nada, tu mente y corazón se unen, y en un atisbo de valentía te dicen que des un paso más, que pases de largo la rotonda que te devuelve al mismo sitio y que explores, ¡aunque sea un poco más!

Y es ese día, en ese sitio, y en ese instante, cuando descubres un cruce de caminos desconocidos.

Sabes que puedes llegar mas allá, que parece que hay vida y que tu cuerpo, mezcla de emoción, miedo y expectación, vive sensaciones que jamás antes había sentido.

Y es en ese cruce que sabes que debes atravesar donde las dudas, de nuevo, te avisan de que vuelvas, que total, tampoco sabes por donde tirar y ni siquiera cómo!

Y es en ese instante, donde decides que no, que explorarás porque lo mereces, que sólo se vive una vez, que no hay cruces peligrosos, sólo rotondas que devoran una vida a través de no vivirla!

Y como todo el que no sabe, o se siente perdido, exclamas que tú quieres, que tú puedes, pero que necesitas ayuda que te impulse a ver mas allá de la niebla del que no sabe!

Y de pronto te encuentras con alguien cargado de linternas de todos los tamaños y colores, de mensajes positivos, y de una fuerza que traspasa tus propias limitaciones.

Alguien que se limita a decirte, YO no puedo decirte el camino pero puedo ayudarte a ver lo que quieres, a alumbrar tu camino, basado en tus deseos.

Yo seré tu acompañante en ese camino, y solo me iré cuando estés instalada!

Y a partir de ese momento empiezas a saber qué quieres, dónde quieres ir, y la niebla se disipa en tu cambio, te muestra caminos, que tú siempre supiste, pero que no te atreviste.

Y él camina detrás de ti, de tus deseos, con la sola intención de ir alumbrando hacia dónde tú le indicas para que veas mejor, para animarte en tu caminar hacia adelante, hasta asegurarse de que estás dónde querías!

Y ese día en que saliste de tu zona cómoda, comprendiste tu realidad, y te marcaste una meta dando un paso, ese día empezó un proceso de Coaching, que te llevó más lejos de donde nunca habías llegado.

Y una vez finalizaste te diste cuenta de que fuiste tú, y nadie más, quién lo había conseguido.

Y cambió tu mapa, tu manera de verlo todo y sobre todo de verte, y por lo tanto, cambió tu vida.

”La diferencia entre un sueño y un objetivo, está en una fecha, una meta, una acción“

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