El día que decidimos crecer

El día que decidimos crecer

“Jamás serás feliz mientras te aferres a cosas materiales”
– San Agustin

Todo ciclo se inicia igual.

Nacemos y con ello se inicia la triada que de sentido al círculo virtuoso.

Ser, Hacer, Tener.

Somos (porque existimos), hacemos (porque empezamos a hacer cosas) y tenemos, porque empezamos a poseer.

Y así, nuestra vida trascurre en armonía, alimentando nuestra mente y adquiriendo conocimientos sin prejuicios, con fe y basado en el yo interno sin más ataduras.

Somos valientes porque desconocemos el riesgo, inteligentes porque aprendemos de todo y de todos, y sobre todo, vivimos los principios básicos la felicidad, que se basan en el Hoy, el YO y el Ahora.

Y así vamos alcanzando niveles de “crecimiento” vital, que cada vez nos aportan mayor visión del mundo.

Hasta que un día tomamos la gran decisión y decidimos crecer, hacernos mayores.

Y ese día, sin darnos cuenta, rompemos el círculo virtuoso, cambiamos el orden de la tríada perfecta.

Empezamos a desear cosas en un instinto de posesión que cada vez nos lleva más lejos, en la creencia de que eso nos hace mejores, más felices.

Y ese día, sin saber porque y como tributo a nuestra «evolución a mayores», pasamos a depender de lo que tengamos.

Y en un dramático cambio de orden, nuestro nivel de pensamiento se eleva hasta perderse, ¡por un simple cambio de estructura!

Y empezamos a pensar que cuando tenga suficiente dinero… Haré lo que quiera…. ¡Y seré feliz!

Dejamos de SER, HACER, TENER…para pasar a TENER, HACER, SER…..

Y a partir de ese día nuestra vida deja de depender de nosotros, y pasa a depender de lo único que no controlamos:

¡El dinero!

Mientras no crecíamos, mientras nos mantuvimos niños, ser felices, hacer cosas dependían tan solo del deseo y del momento.

Cuando tomamos la decisión de crecer, decidimos atar nuestra vida a la posesión, de la que depende que luego, podamos hacer cosas y ser felices.

Y eso es tan ambiguo… que no tiene ni fecha ni cantidad, y nos lleva a un círculo sin fin, pues cuanto más tengo, más necesito y más se aleja mi momento…

El día que decidimos crecer, ser mayores, cambiamos un orden mágico de las cosas, que rompió el círculo virtuoso de la felicidad.

Quizás no sea tarde para un pequeño cambio de orden, otra vez…

El que mira hacia fuera sueña. El que mira hacia dentro, despierta y vive el sueño!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugincookies

ACEPTAR
Aviso de cookies