Soy lo que ves

Soy lo que ves

Yo no he venido a este mundo para cubrir tus expectativas ni necesidades; y tú, no has venido al mismo para cubrir las mías!

Disfrutemos uno del otro sabiendo lo que somos desde el principio.

”Soy lo que ves“

Frase que puede parecer utópica, pero que en esencia es una defensa de nuestra personalidad, y un llamamiento al respeto.

Imaginemos por un momento que esta pequeña conversación fuera el principio de cualquier relación. Algo tan simple y complejo a la vez, esconde en sí mismo una gran cantidad de realidad que es destrozada por la hipocresía que supone esperar de otro lo que no es, o esperar que puedes dar cosas que no tienes o no te gustan.

Cuantas relaciones abrirían un camino sin matorrales que hubiera que cortar, basado en la claridad de saber que puedes esperar o que no.

Desde pequeños, prisioneros de un proceso de educación, basado en adelantarse a lo que se espera de nosotros, en contentar expectativas o esconder características, hemos aprendido a adivinar que quieren los demás de nosotros, o que esperamos nosotros de los demás, con lo que hemos basado toda relación en expectativas, más que en realidades.

Si a esto le sumamos un cerebro programado para ahorrarnos dolor, aunque este sea ficticio, en el sistema de no sacarnos nunca de ”nuestra zona cómoda“, el resultante suele ser situaciones y frases del tipo… Espero que le guste mi manera de ser… Aquí esto no gusta mucho, intentaré cambiarlo… Ya cambiará… Espero que no sea así siempre… etc. etc.

Esperar dar a los demás lo que demandan o necesitan, o esperar que nos lo den, es seguramente la manera más rápida que el ser humano ha inventado de infelicidad y sufrimiento.

Intentar adivinar constantemente lo que los demás esperan de nosotros, como esperan que nos comportemos, digamos o hagamos, así como esperar lo mismo de ellos, es un camino sin retorno con una clara meta con el nombre fracaso, así como un suplicio constante que nos allana el camino hacia la infelicidad.

Alguien se encargó de enseñarnos que somos la media naranja de alguien, y partiendo de este paradigma, todo lo demás es coser y cantar para repetir patrones erróneos!

Somos una naranja completa que perfectamente puede encontrar otra para compartir cesta o lo que quiera.

Intentar cambiar para contentar expectativas de otros es una traición a uno mismo que se paga con el fracaso.

Podemos actuar como queramos en momentos puntuales, y ello es saludable, pero somos lo que somos debido a todo un proceso «vital» de muchísimo tiempo, e irlo traicionando dependiendo que quién o quienes se cruzan en nuestro camino, es simplemente dejar de ser para pasar a “pertenecer”.

Soy lo que ves, así de simple, quiéreme y disfrútame, que yo sí pienso hacerlo conmigo mismo!

”Un amigo es aquel que lo sabe todo de ti, y a pesar de ello, te quiere“

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