Regresa de tu futuro
«Nadie se desvía mas de su camino que cuando está en el camino equivocado»
Muchas veces, y durante mucho tiempo, andamos sin rumbo fijo, en un simple deambular por la vida que nos hace correr hacia adelante.
Imaginemos, por un momento, que alguien nos vendara los ojos, nos llenara una sala de obstáculos y no dijera, encaminate hacia algún sitio sin rumbo fijo.
Nuestra obsesión seria simplemente… salvar obstáculos! Pero sin saber porque, para qué, o hacia donde!
Y eso, ¿es tan diferente a lo que hacemos muchas veces con nuestro día a día?
En un constante deambular por cruces de caminos, sin rumbo fijo, repetimos rutinas, actos reflejos y seguimos surcos marcados por otros, sin saber adonde nos dirigimos ni porque, en un ritual marcado por la propia inercia.
A la mítica figura de Merlín, se le atribuye una frase que en su momento se interpretó como parte de su divinidad mágica, pero que traducida en clave humana… ¡Tendría todo el sentido!
Ante la pregunta… ¿Dónde vas Merlín?
Éste respondió… «Me dirijo al lugar de donde vengo»
Y esa es la respuesta a nuestra constante pregunta que con machacona insistencia nos hacemos tantas veces…. ¿Donde voy? ¿Qué es de mi vida ?
Merlín se refería a que él había viajado al futuro, lo había visto, diseñado, deseado… Y volvía a su presente para empezar el camino hacia el mismo, tal y cómo él lo deseaba, ¡para empezar a construirlo!
Así de simple.
Y así, una vez más, los cuentos nos “cuentan” las soluciones.
Viajar a tu futuro, saber qué esperas de él, qué quieres, y como lo quieres, visualizarlo es la manera de tener un presente con sentido.
Saber que camino debes recorrer y como.
Nada ni nadie te evitará los obstáculos, pero sin venda en los ojos y un destino claro, mejorarán tu recorrido y darán sentido a tus acciones.
Los obstáculos harán que muchas veces te tengas que desviar, esquivar, pero sabrás los porqués y los para qué… Y podrás volver a tu senda, de un camino largo, pero con destino.
Si pudieras ir a tu futuro, saber qué esperas de él, con objetivos claros, no sueños… Tus pasos serían fuertes, convencidos del sentido que tiene darlos, sobre todo, entenderías los obstáculos, como algo que tiene que existir, porque superarlos te lleva a algún sitio!
Encaminate a ver qué quieres, planea tu futuro, márcate objetivos medibles, di quién y qué quieres ser y hacer, y vuelve a tu realidad para poder diseñarlo desde hoy mismo.
Tu vida cobrará sentido y todo empezará a llenarse de otro tipo de energía, puesto que los cruces de caminos no te confundirán, sólo te dirán por donde NO debes pasar!
”No puedes controlar el viento, pero puedes orientar tus velas“